¿Qué nos pareció el film ‘El cisne negro’?

‘El cisne negro’ es una película del género terror psicológico, dirigida por Darren Aronofsky y es protagonizada por Natalie Portman

Por Laila March

Antes de empezar, aviso que esta película trata de un tema delicado que puede afectar a personas sensibles. Esta crítica contendrá spoilers, así que si no lo has visto, te recomiendo verla antes de leer este artículo de opinión, la podéis encontrar gratuita en Disney+.

La película está narrada por la protagonista, llamada Nina Sayer. Esta es una bailarina de éxito que ha sido seleccionada para protagonizar el ballet del ‘Lago de los cisnes’. En esta actuación, Nina, tendrá que representar a una princesa que fue transformada en cisne y busca el amor de un príncipe para volver a su forma original, pero en medio de su camino se encuentra con su principal rival, el cisne negro. Este último representa la lujuria y la sensualidad del cisne blanco. Es decir, ambos personajes representan ser una misma persona, pero serían como las dos caras de una moneda, uno representa la pureza de la perfección y el otro, la sexualidad y la maldad.

Desde la primera escena de la película, vemos que Nina es una persona extremadamente exigente y narcisista que está obsesionada con el hecho de ser perfecta. Es una persona delicada y muy frágil emocionalmente, así que utiliza el narcisismo como coraza. Básicamente, el ballet es su única vida, pero ¿cómo se introdujo en este mundo? Anteriormente, su madre también había sido una bailarina exitosa, pero al quedarse embarazada de su hija decidió abandonar el mundo del baile. Esta impulsó a Nina a seguir sus pasos, presionándola constantemente. Esta relación basada en la exigencia, acaba creando una especie de rivalidad entre ellas. 

También hay que destacar la presencia del director del teatro Thomas Leroy, representado por Vincent Cassel. Este personaje desde el inicio transmite una mala sensación. Vemos que tiene cierta afinidad con Nina, así que le pide que se reúna con él en su despacho. Una vez ahí, él le empieza explicar que es perfecta para representar el cisne blanco, pero necesita soltarse más para poder ponerse en el papel del cisne negro. Usando la excusa de que necesita dejarse llevar por el impulso sexual, la empieza besar descontroladamente, a lo que ella respondió mordiéndole la lengua, para poder huir de esa situación. Esta escena resulta ser bastante incómoda para el espectador, pero realmente lo que a mí me sorprendió fue la forma en la que Thomas reacciona:

“¡Ah! Me has mordido, me has hecho daño”

A mi parecer, esta frase supuestamente ”ingenua” esconde el siguiente mensaje: hago esto para ayudarte, ¿por qué me pagas así?

En ese momento, por fin podemos confirmar que este personaje se aprovecha de la vulnerabilidad de la protagonista para abusar de ella, pero queda disimulado por la estética elegante y sería que transmite.

Posteriormente, vemos que ella ha sido seleccionada oficialmente como protagonista del ballet. Desgraciadamente, la situación anterior se repite múltiples veces a lo largo del film. La presión de Nina aumenta notoriamente e intenta justificar los abusos con la excusa de que Thomas Leroy es una persona excelente y prodigiosa, básicamente lo idolatra como si él fuera alguien superior a ella.

A mitad de la producción aparece otro personaje que se convierte en la rival principal de Nina. Esta bailarina es conocida como Lily y representada por Mila Kunis. Es una chica completamente opuesta a la protagonista, ya que su estilo de baile es mucho más despreocupado y libre. Desde su aparición, Thomás Leroy empieza a dudar si Lily sería la adecuada para representar el papel del cisne negro. La llegada de esta nueva bailarina no favorece la situación de la protagonista, pero aun así intenta llevarse bien con ella invitándole a unas copas. Una vez llegados al bar, Lily le propone a la protagonista tomar drogas para pasar un mejor rato, a lo que la protagonista se niega, pero igualmente Lily le acaba añadiendo esa sustancia a la bebida.

En los párrafos anteriores, he mencionado las diferentes inquietudes que sufre la protagonista y los temores a los que se enfrenta. Llegados a este punto de la producción, el contenido de esta película empieza a ser extremadamente denso y complicado de entender. Para muchas personas es muy fácil perder el hilo, ya que a partir de este punto todos los miedos de la protagonista acaban mezclados, hasta el punto de desarrollar un brote psicótico, durante el cual se entremezcla la realidad con las alucinaciones que empieza a sufrir. Estas alucinaciones representan de forma subjetiva todas las inseguridades de Nina, y de esta forma cada uno es capaz de interpretarlo de una forma distinta.

A partir de ahí Nina empieza sufrir diferentes alucinaciones, abrumada por el ambiente del bar decide irse a casa junto a Lily. Cuando llegan a casa, la madre de Nina estaba esperando a su hija preocupada. Le pide hablar con ella, pero esto acabó provocando una pelea entre las dos, haciendo que la protagonista se encerrara en su habitación con su compañera. Después de este gran cúmulo de emociones, ambas chicas empiezan a besarse y a tocarse, dando entender que hacen el amor. A partir de ese instante, Nina consigue dejarse llevar por la excitación del momento, dando a conocer una nueva faceta del personaje. Esta nueva Nina empieza a entrar en crisis cuando se percata que el estreno será en un par de días. Empieza a sentir que la gente la sigue por la calle, oye voces que provienen de los cuadros que pintó su madre y ve como todo el mundo la sigue con la mirada. Aún estando viviendo una auténtica pesadilla, decide seguir adelante con la actuación, ya que ella es la estrella y nadie podría sustituir su papel y además todo el esfuerzo requerido habría sido en vano.

Llegado el día de la representación, Nina aparece en el escenario perdida en un mar de malestar. En este último acto se pueden presenciar muchas escenas preciosas. La primera que vemos aparece la protagonista, representando el primer acto del ballet, luciendo como cisne blanco. Su actuación es perfecta, pero esto solo acababa de empezar. En medio del baile, Nina, le empiezan a salir plumas y siente cómo su cuello se alarga. En un primer momento, no se distingue en que se está transformando, ya que es una figura muy confusa, pero cuando llega la pausa, Nina se dirige a su camerino dónde ahí confirmamos que literalmente se está convirtiendo en cisne. 

Puede resultar algo predecible, pero lo que a mí realmente me sorprendió fue que se convirtió en el cisne negro, no en el blanco. Interpreté esta escena, como si la protagonista se estuviera convirtiendo en aquella parte que llevaba reprimiendo durante años, pero de una forma monstruosa, porque así era como lo percibía ella. Personalmente, creo que este momento fue precioso, aunque la forma en que es interpretado puede llegar a asustar al espectador. A sus ojos, parece que se está convirtiendo en un monstruo, en su monstruo interior. 

En el último acto vemos como Nina finaliza la actuación de forma excepcional, tras todo ese proceso de “transformación” el ballet acaba y la protagonista puede descansar por fin. Se baja el telón y todo el equipo de baile va a felicitarla por su representación. Ahí, vemos a la protagonista repitiendo la frase: “ha sido perfecto”. Dando a entender que este periodo de sufrimiento ha llegado a su fin. Nina ha logrado dominar esa parte oculta, a pesar de toda la psicosis que sufrió, pasado el clímax de la actuación, llega a alcanzar una estabilidad entre sus dos partes. Nina por fin llega a conocerse a sí misma, y esto nos lo demuestra dejando relucir su cisne negro. 

Muchos creen que esta parte oscura será la que dominará a partir de ahora, pero personalmente creo que ambas partes estarán igual de presentes en la protagonista, de este modo “nacerá” una nueva etapa de su personalidad, y será un primer paso para llegar a querer su persona.